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Los generales retirados señalaron que sin atención permanente al Ejército, el potencial de un colapso militar que refleje el colapso social o político «es muy real».

Tres generales retirados de Estados Unidos advirtieron sobre la posibilidad de un golpe de Estado en ese país en 2024, en el marco de las elecciones a la presidencia y con la participación de miembros del Ejército.

Así lo aseguraron los generales Paul. D. Eaton, Antonio M. Taguba y Steven M. Andreson en un artículo publicado en el diario Washington Post el pasado 17 de diciembre.

Los militares recordaron el asalto al Capitolio protagonizado por seguidores del expresidente Donald Trump, el 6 de enero de este año, que saldó con la muerte de cinco personas. Señalaron que a medida que se acerca el primer aniversario de estos hechos, se encuentran “cada vez más preocupados por las secuelas de las elecciones presidenciales de 2024 y el potencial de un caos letal dentro del Ejército, que pondría a todos estadounidenses en riesgo severo”.

“En resumen: estamos helados hasta los huesos ante la idea de que un golpe tenga éxito la próxima vez. Uno de los puntos fuertes de nuestro ejército es que se basa en nuestra diversa población. Es una colección de individuos, todos con diferentes creencias y antecedentes. Pero sin un mantenimiento constante, el potencial de un colapso militar que refleje el colapso social o político es muy real”, señalan.

Paul D. Eaton es uno de los asesores principales de ‘VoteVets’, organización que integra a veteranos de guerra; Antonio M. Taguba tiene a sus espaldas 34 años de servicio activo en el Ejército estadounidense; Steven M. Anderson, por su parte, fue militar durante 31 años. Los tres son generales en retiro.

“Las señales de una posible agitación en nuestras fuerzas armadas están ahí”, mencionan, al recordar que en el ataque al Capitolio participaron “un número inquietante de veteranos y miembros en servicio activo de las Fuerzas Armadas” y más de uno de cada 10 acusados por los hechos había sido parte del Ejército en algún momento de su vida.

Además, recordaron episodios recientes, como las declaraciones del general Thomas Mancino, comandante general de la Guardia Nacional de Oklahoma, que se negó a cumplir con una orden del presidente Joe Biden que indicaba que los miembros de la agrupación debían ser vacunados contra la Covid-19. El argumento fue que su comandante en jefe era el gobernador y no el presidente.

“El potencial de un colapso total de la cadena de mando a lo largo de líneas partidistas, desde la parte superior de la cadena hasta el nivel de escuadrón, es significativo en caso de que ocurra otra insurrección. La idea de unidades rebeldes que se organicen entre sí para apoyar al comandante en jefe ‘legítimo’ no puede descartarse”, mencionan

Los generales en retiro dibujan un escenario en el que habría varias figuras políticas disputándose el puesto de comandante en jefe, como el presidente Biden y su hipotético contrincante republicano, por ejemplo, que podría ser Donald Trump u otra persona.

“Peor aún, imagine que los políticos a nivel estatal y federal instalen ilegalmente a un candidato perdedor como presidente. Todos los miembros del servicio prestan juramento de proteger la Constitución de los Estados Unidos. Pero en una elección disputada, con lealtades divididas, algunos podrían seguir las órdenes del comandante en jefe legítimo, mientras que otros podrían seguir al perdedor de Trump”, señalan.

“Es posible que las armas no estén aseguradas dependiendo de quién las supervise. En tal escenario, no es descabellado decir que un colapso militar podría conducir a una guerra civil”, advierten.

Por lo tanto, apuntan este caos podría ser aprovechado por un enemigo exterior. “Con el país aún tan dividido como siempre, debemos tomar medidas para prepararnos para lo peor. Primero, hay que hacer todo lo posible para evitar otra insurrección”, señalan.

Critican que ni uno solo de los líderes que inspiraron la toma del Capitolio han sido llamados a rendir cuentas, por lo que el Pentágono debería tomar cartas en el asunto y ordenar de inmediato una revisión cívica, ante la pasividad del gobierno civil.

Igualmente, piden reforzar la “unidad de mando” para dejar perfectamente claro a cada miembro del Departamento de Defensa a quién responden, así como realizar un trabajo de inteligencia que permita identificar, aislar y eliminar a los potenciales amotinados.

En ese sentido, recuerdan que es necesario protegerse de las noticias falsas, utilizadas por quienes pretenden subvertir la cadena de mando.

“Los militares y los legisladores han recibido el don de la retrospectiva para evitar que ocurra otra insurrección en 2024, pero solo tendrán éxito si toman medidas decisivas ahora”, finaliza el texto.

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