Publicado en ACAYUCAN, Destacado.

Saeta no. 2

Hace exactamente 171 años, Francisco Zarco, uno de los periodistas y pensador liberal mexicano más brillante del siglo 19, publicaba en el periódico «el demócrata» su texto «apatía» en el que plantea la urgente necesidad de que el ciudadano común se ocupe de los asuntos públicos, como única forma para procurar la mejora de la patria.

Hoy, después de casi dos siglos, los mexicanos seguimos siendo apáticos en los temas que nos afectan a todos y como escribió el mismo Zarco «La mayoría sufre en silencio, sin querer tomar parte de los asuntos públicos.»

Esta apatía que nos invade e inmoviliza no es gratuita. La política, que es la esfera donde mayormente se atienden los asuntos comunitarios, se encuentra prostituida y en franca descomposición. Los espacios de participación están reservados para los amigos, para los compadres, para los adinerados que pueden comprarse un cargo o peor aún para los mafiosos que a punta de «bala o plomo» se instalan en los puestos públicos.

Uno de los factores que más desanima es el cinismo con el que se conducen los políticos, lo mismo vemos a un Felipe Calderón hablando de atropellos o de lucha contra el crimen o de votar contra «la dictadura», que a la diligencia Morenista haciendo «acuerdos» con personajes de muy, muy dudosa reputación. «La política es una porqueria» exclamamos y nos mantenemos al margen.

Sin embargo no todo está perdido. México tiene una histórica tendencia progresista, un tendencia liberal, tendencia hacia la que se avanza a paso lento, con retrocesos a veces, pero de cuyos avances ha quedo constancia en los grandes movimientos históricos, como la reforma, el proceso revolucionario y más recientemente la elección presidencial del 2018.

Es momento de que los ciudadanos, nos involucremos nuevamente en la vida pública, primero con nuestro voto el próximo 6 de junio y después debemos mantenernos participando, opinando y exigiendo que quienes resulten electos cumplan con sus compromisos y trabajen poniendo por delante los intereses comunitarios y no los personales.

Sigue vigente el texto de don Francisco Zarco: «Se trabaja para el porvenir, porque el amor a la patria no es solo del tiempo en que vivimos, se extiende a las generaciones futuras».

 

Romeo García López

Acayucan Ver. Mayo 28 del 2021

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