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WASHINGTON.

Mañana, el demócrata Joe Biden se convertirá en el presidente número 46 de Estados Unidos, en una ceremonia en el Capitolio, bajo la sombra del asalto en el que murieron cinco personas.

Washington, que está acostumbrado a hacer de esta toma de posesión cada cuatro años una exaltación de la democracia, hoy se encuentra callada, con bloqueos por parte de 25 mil elementos de Guardia Nacional y personal militar.

Es visible el despliegue en la zona cercana al Capitolio y hay efectivos en las esquinas de esta zona.

Mañana, en las escalinatas quizá no se verá la diferencia con otras ceremonias de investidura.

Sin embargo, en la explanada entre el Capitolio y el monumento a Abraham Lincoln, donde cada cuatro años se reúnen miles de personas, ahí va a haber un silencio total.

Por eso, cerca de 200 mil banderas fueron colocadas para representar a las personas que quisieran estar en ese lugar, pero no pueden hacerlo debido a la pandemia de coronavirus y por la división política.

El despliegue es la respuesta de las autoridades, luego de que el 6 de enero pasado simpatizantes de Donald Trump irrumpieron en el Capitolio y amenazaron a congresistas cuando rectificaban la victoria de Biden.

En el incidente murieron cinco personas, incluido un policía.

De hecho, ayer circularon rumores sobre la lealtad de los efectivos desplegados en el Congreso, por lo que el FBI decidió revisar sus antecedentes.

Ante ese hecho, las autoridades federales recaudaron más de 200 mil evidencias sobre el suceso en el que murieron cinco personas.

Se trata de fotografías y videos en los que aparecen participantes que se identifican con el presidente Donald Trump.

Además, ayer cerca del mediodía, las autoridades del país cerraron la sede del Congreso, como medida de precaución por un incendio que surgió en los alrededores.

“No hay amenaza para el público”, expresó el Servicio Secreto vía Twitter.

El cierre fue temporal e interrumpió los ensayos para la ceremonia de investidura, pues los participantes fueron desalojados.

De acuerdo con testigos, policías entraron en acción, gritando “¡Esto no es un simulacro!’’.

La policía confirmó que no había amenaza al público y que el incidente no presentaba amenaza alguna a la ceremonia de toma de posesión.

Dos días antes de dejar sus cargos, medios locales publicaron que Donald Trump y su esposa, Melania, grabaron mensajes de despedida.

“Sean apasionados en lo que hagan, la violencia nunca será la respuesta. Yo sólo puedo expresar mi gratitud con el privilegio de haber servido a este país”, expresó la primera dama.

Se espera que el mandatario republicano grabe un mensaje mañana por la mañana para concluir su presidencia.

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