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Los seis jóvenes se habrían «turnado» para agredir a la menor mientras se encontraba borracha. La acusación particular sí les acusa de violación. La declaración de la víctima será clave.

Menos de dos semanas después de que el Tribunal Supremo (TS) modificara la sentencia de La Manada y les condenara por violación, y no por abusos sexual como inicialmente hizo la Audiencia de Navarra, la Fiscalía de Cataluña reactiva el debate sobre la interpretación de los delitos sexuales. En este caso contra seis jóvenes acusados de haber violado a una menor en 2016, por turnos, durante una fiesta en una nave en Manresa (Barcelona) y a los que el Ministerio Público acusa de un delito de abusos.

El juicio contra los seis jóvenes ha comenzado este martes en la Audiencia de Barcelona. Están acusados de haber agredido a la menor, de 14 años y en estado «ebrio», tras encontrársela en una fiesta en Manresa en octubre de 2016. Hay un séptimo acusado, de haberse masturbado mientras presenciaba la violación, sin impedirla. Sólo uno de los cuales ha permanecido dos años en prisión preventiva por estos hechos, informa Efe.

En su escrito de conclusiones provisionales, la Fiscalía imputa un delito de abuso sexual continuado a los seis procesados, por el que les pide entre diez y doce años de cárcel, las máximas de ese tipo penal previsto para castigar los ataques en que no concurre violencia ni intimidación, sino que la voluntad de la víctima está anulada por el consumo de alcohol o drogas.

La acusación particular ejercida por la víctima sí califica el ataque de agresión sexual, al entender que la menor fue intimidada y sometida mediante violencia, con lo que eleva la petición de pena a entre quince y veinte años de prisión.

LA DECLARACIÓN DE LA VÍCTIMA, CLAVE

 

La declaración de la víctima del ataque sexual múltiple, prevista para el miércoles, resultará clave para que la Fiscalía y la acusación particular definan en sus respectivos escritos de conclusiones definitivas si califican los hechos de agresión o de abuso.

En la sesión de este miércoles, los acusados han negado que ni ellos ni el resto de procesados mantuvieran relaciones sexuales con la denunciante, que relató haber sido atacada por turnos en una caseta abandonada situada junto a la fábrica en la pasaban la noche de «botellón».

En su relato ante el tribunal, los presuntos violadores han esgrimido distintas versiones exculpatorias, desde negar que mantuvieran contacto alguno con la menor durante la fiesta hasta incriminar a dos asistentes al «botellón» que no están encausados o señalar que la chica estaba borracha y se jactaba de querer «tirarse a todo el mundo».

Las pruebas biológicas practicadas a la menor sólo hallaron restos de ADN de uno de los procesados, Daniel David R., quien ha dicho que no se explica cómo se pudieron encontrar esos fluidos en la ropa de la víctima cuando en ningún momento intimó con ella y ha denunciado como una «injusticia» los dos años que ha pasado en prisión preventiva por este caso.

Según mantiene la Fiscalía en sus conclusiones provisionales, los siete acusados acudieron a una fiesta en una fábrica abandonada en el Camí Torre d’En Viñas de Manresa, a la que asistían en su mayoría menores de edad, entre ellas la víctima y una amiga suya.

Aprovechando que se encontraba de forma «evidente» bajo los efectos del alcohol y las drogas, añade la Fiscalía, el acusado Bryan Andrés M. se llevó a la menor a una caseta abandonada y la violó, tras lo que regresó al lugar donde estaban sus amigos y les instó a agredir a la chica, por turnos de unos 15 minutos cada uno, añade el ministerio público.

Posteriormente, añade la Fiscalía, entraron en la caseta y violaron a la menor otros cinco de los acusados, conocedores de su edad y del estado de embriaguez en que se encontraba, mientras que otro de los asistentes a la fiesta se masturbaba observando la agresión, sin impedirla.

PISTOLA PARA AMENAZAR A LOS TESTIGOS

 

Tras la violación, según el ministerio público, el procesado Marco Antonio R. exhibió una pistola de fogueo y amenazó a varios menores que estaban en el lugar, advirtiéndoles de que su familia tendría problemas si contaban algo de lo sucedido, hechos por los que la Fiscalía le pide año y medio de cárcel, además de los 10 por abuso.

Horas después de la violación múltiple, según el escrito de acusación, cuando en la fábrica abandonada solo quedaban la víctima y su amiga junto a dos de los procesados, estos volvieron a agredirla sexualmente.

Los días posteriores a los hechos, Bryan Andrés M. se puso presuntamente en contacto con varios menores que asistían a la fiesta y les advirtió de que no debían contar nada, por lo que la Fiscalía pide para él otros dos años y medio de cárcel -sumados a los doce de abusos- por un delito de obstrucción a la justicia.

 

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