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Mientras la violencia contra las mujeres aumenta, el Nuevo Sistema Penal Acusatorio permite que los agresores no pisen la cárcel.

Desde el día que la violaron, Antonia le teme a la oscuridad. Nunca pensó que a sus 17 años se sentiría como una niña indefensa y temerosa de las penumbras, pero aquel 7 de diciembre de 2018 abrió los ojos y se encontraba en una habitación sola, encerrada, a oscuras, desorientada y con náuseas.

La única explicación que encuentra es que su tío Osiris Ruiz, quien había pasado a recogerla a su examen de artes marciales, la drogó con una bebida energizante y la violó. Ya alguna vez había bromeado que Antonia era una joven tan fuerte que solo drogándola podían someterla.

“Recuerdo que fui perdiendo el conocimiento ya no sentía que podía hacer mucho y pues ahí me desmayé”, recuerda.

En México, durante 2018 se reportaron 3 mil 654 casos de violación, 2.8 por ciento más que en 2017. Pero mientras la violencia contra las mujeres aumenta, el Nuevo Sistema Penal Acusatorio permite que los agresores no pisen la cárcel.

En este caso el juez juzgó el caso como abuso sexual simple y no agravado por el parentesco con la víctima, a pesar de que se presentaron las pruebas de la relación familiar. De haberse tomado en cuenta el delito se hubiera pagado con cárcel.

Tampoco permitió que se reclasificara el delito para juzgar la privación de la libertad y la violación a una menor. La Fiscalía de Guerrero concluyó en la ampliación de dictamen pericial que no puede determinar si la menor presentaba huellas de cópula, pero certificó que sí presentaba huellas de violencia física y “que en sus genitales lesiones equimióticas”.

“El juez le otorgó a él un acuerdo reparatorio, le hice saber al juez que en ningún momento iba a estar de acuerdo, que no pedía dinero”, dice Aracely Ruiz, madre de la menor.

“El delito que me están imputando es una pena mínima de tres años y una máxima de seis años. Tengo beneficios y uno es la reparación del daño. Pagué la reparación del daño: 25 mil pesos”, sostiene el tío de la víctima, Osiris Ruiz.

“Tengo mi conciencia tranquila, no soy culpable ni de tocamiento, mucho menos de violación, no le hice nada”, mientras su sobrina siente que el daño que le hizo será algo que lleve siempre.

 

Fuente: MILENIO DIARIO

 

 

 

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