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El cardenal australiano George Pell fue condenado a seis años de cárcel por abuso sexual contra dos niños integrantes del coro cuando era arzobispo católico de Melbourne en la década de 1990, según la resolución emitida este miércoles por la corte del estado de Victoria.

Pell fue declarado culpable por un jurado en diciembre pasado por abuso sexual de los dos niños, ocurrido después de una misa dominical en diciembre de 1996, y por atacar a uno de ellos por segunda vez dos meses después, según el fallo.

El juez dio permiso para que la audiencia fuera transmitida en vivo por los medios de comunicación y la sala del tribunal estaba llena de sobrevivientes de abusos, defensores y periodistas.

El cardenal, que una vez fue el prelado más poderoso de Australia y quien llegó a ser encargado de Finanzas del Vaticano, estuvo presente en la sesión vestido con una camisa negra y una chaqueta gris, sin atributos eclesiásticos, mientras el juez del tribunal, Peter Kidd, dictaba su sentencia, informó la cadena australiana ABC.

El juez describió el abuso de Pell contra los dos niños en la sacristía de la catedral de San Patricio como «un ataque sexual descarado y forzado contra las víctimas», y apuntó que «ambas víctimas estaban visible y audiblemente angustiadas durante la ofensa», dijo.

«Hay una capa adicional de degradación y humillación, que cada una de sus víctimas debe haber sentido al saber que su abuso fue presenciado por la otra», añadió el magistrado, según el reporte de ABC.

El juez dijo que el abuso de Pell tuvo un «impacto significativo y duradero» en el bienestar de una de sus víctimas, a la que se refirió como J, quien «ha experimentado una serie de emociones negativas con las que ha luchado durante muchos años desde que ocurrió esta ofensa».

Agregó que la justicia no tuvo el beneficio de una declaración de la otra víctima de Pell, identificada como R, quien murió por una sobredosis de heroína en 2014 y nunca informó del abuso.

«Sin embargo, sobre la base del testimonio de J en el juicio, puedo decir que su ofensa debe haber tenido un impacto inmediato y significativo en R», puntualizó Kidd.

«Si bien no es posible para mí cuantificar el daño causado, o articular con precisión cómo impactó en R a largo plazo, no tengo dudas de que lo hizo de alguna manera», apuntó.

Fuente y foto: Notimex/eap

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