Publicado en Destacado, NACIONAL.

La Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)instalaron un circuito cerrado en la capilla de Nuestra Señora de los Ángeles, ante la petición de los feligreses de contar con la imagen para la realización de la fiesta patronal del 2 de agosto

A través de ella, la Virgen pudo ser apreciada debido a que no se puede acceder al templo tras los sismos de septiembre de 2017.

En la calle de Soto, a espaldas del templo mariano, se instaló una carpa temporal para la realización de las festividades, donde la Virgen fue venerada desde las 06:00 horas de la mañana hasta pasadas las 20:00 horas de la noche, tiempo en el que se realizaron danzas, misas, alabanzas y otras actividades.

(INAH)

El alba despuntaba y los primeros acordes de Las Mañanitas, interpretada por el mariachi, ya resonaban en la capilla provisional instalada en la parte posterior de la parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles, en la colonia Guerrero, en la Ciudad de México.

Allí, cientos de feligreses se dieron cita para celebrar a su patrona a través de una inusitada proyección de su imagen mediante dos pantallas.

En el inmueble, cuyos daños severos se presentaron en su crucero y cúpula, la pintura mariana fue encofrada para su protección y posterior investigación, luego de haberle realizado un análisis in situ.

Para los devotos de la parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles, la Virgen era en sí milagrosa por haber sobrevivido incólume a dos inundaciones en la época virreinal, según cuenta la tradición oral.

Luego de los sismos de septiembre de 2017, la imagen pictórica parece ratificar dicho estatus, y además representa un caso de singular interés para el INAH, cuyos expertos, de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC), acudieron al sitio el pasado 5 de junio para realizar un dictamen del estado de conservación de la obra.

“La comunidad estaba inquieta por saber cómo se encontraba la Virgen. Pensaban que había sido afectada por la humedad pero hemos constatado que no sufrió daños por el sismo ni por el tiempo que ha permanecido encofrada”, indicó la restauradora Lucía de la Parra, encargada del área de Conservación del Patrimonio Histórico In Situ de la CNCPC.

(INAH)

En ese edificio religioso, el INAH conduce los trabajos de atención de los bienes muebles e inmuebles por destino. A través de la CNCPC se realizaron labores emergentes desde el 21 de septiembre, que coordinó el restaurador Juan Manuel Rocha y se enfocaron en la limpieza, registro y resguardo de los elementos muebles históricos y contemporáneos del templo; asimismo, se protegió y encofró la imagen principal.

Fue hasta concretado el referido dictamen, que las restauradoras perito, Claudia Salgado Ricaño, Marta Salmón Villafuerte y Gabriela Patterson Delaye, realizaron el primer examen a detalle de la obra pictórica, con el cual concluyeron que se requieren estudios más detallados dadas las singularidades que reveló.

Está compuesta por dos segmentos, uno menor montado sobre adobe u otro material de tierra, y otro de mayor tamaño que expandió la imagen original en una superficie aparentemente de cemento.

“Hay un trabajo de integración que hace parecer que se trata de una sola pieza -de 1.96 metros de alto por 1.54 de ancho, con extensiones no visibles a la vista de casi ocho centímetros por lado-. Con el uso de lentes de aumento también identificamos correcciones que se hicieron al rostro y las manos de la Virgen, además de una restauración profesional que se evidencia por la técnica de rigatino”, comentó Claudia Salgado.

En lo sucesivo se emprenderán estudios técnicos y documentales para indagar en estas hipótesis, y a la vez establecer la convención iconográfica del cuadro, pues a pesar de ser conocida como Nuestra Señora de los Ángeles, la figura guarda relación con la Inmaculada Concepción.

Comprobar la existencia de un soporte de adobe, coincidiría en parte con la leyenda de la parroquia; misma que, referida por el sacristán Marco Antonio Fuentes, narra que en el antiguo barrio de Coatlán existía una pequeña ermita donde el cacique local, Isayoque, mandó pintar una imagen mariana sobre un muro de adobe que sobrevivió indemne a dos grandes inundaciones que asolaron todo a su alrededor.

Tal milagro granjeó a la Virgen un creciente número de fieles, lo que llevó al cambio estético y el aumento en las dimensiones de su iglesia sede durante los siglos XVII, XIX y XX.

El templo de Nuestra Señora de los Ángeles, en la colonia Guerrero, durante la fiesta patronal del 2 de agosto de 1928. (Twitter @cdmexeneltiempo)

Estas modificaciones, aunó Fuentes, se atribuyen a arquitectos como Manuel Tolsá, Emilio Dondé y Federico Mariscal.

Cabe señalar que, tras los festejos, la imagen volverá a ser encofrada de cara a los futuros trabajos de restauración en el inmueble.

En el marco del dictamen realizado por la CNCPC, se atendió una solicitud adicional de la comunidad, consistente en el retiro de dos esculturas que se encontraban en el sótano del camarín de la parroquia, área que presentó una acumulación de agua que manaba desde el subsuelo por efecto del sismo del 19 de septiembre.

Lucía de la Parra señaló que se trata de dos piezas de madera policromadas que datan del siglo XIX y representan a un par de arcángeles.

En ambas faltan los atributos necesarios (decorado en vestimenta o aditamentos) para identificarlos con certeza.

Fueron colocadas en un área segura del templo y, por lo pronto, el trabajo de la CNCPC en ellas se limitará a su limpieza, pues su restauración tendría que ser gestionado desde la administración del templo.

Todos los bienes muebles de la parroquia (pinturas, floreros, esculturas contemporáneas y otros objetos de uso religioso) fueron resguardados y protegidos desde septiembre de 2017 en un espacio conocido como “el tivolito”, donde se midieron y certificaron con un higrómetro las condiciones idóneas de humedad.

“La comunidad es muy celosa de los objetos de su templo, lo cual es maravilloso porque demuestra el interés que la gente tiene hacia su patrimonio cultural. De no ser así, las piezas no les comunicarían nada y, por lo mismo, estarían condenadas a la desaparición”, concluyó Gabriela Patterson.

Arturo Balandrano, coordinador nacional de Monumentos Históricos del INAH, indicó que actualmente se trabaja en el desarrollo del proyecto ejecutivo de restauración de la parroquia, para restituir la cúpula que colapsó y atender otros daños que sufrió por el sismo.

“Estamos en los trabajos preparatorios para intervenirlo el templo; ya tenemos garantizado un fondo, proveniente del Fonden, y falta conciliar con la aseguradora, con lo que podríamos determinar la cantidad de recursos que se tendrán para hacer las obras de restauración, las cuales no podrán iniciarse antes de septiembre”, finalizó.

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