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El papa Francisco deseó este miércoles que el Mundial de futbol de Rusia que comienza mañana sea una ocasión de diálogo entre las religiones, solidaridad y de paz entre los países, durante un mensaje al final de la audiencia general celebrada en la plaza de San Pedro.

Mañana se abrirá el Campeonato Mundial de Futbol en Rusia. Deseo enviar mi cordial saludo a los jugadores y a los organizadores, como también a cuantos seguirán a través de los medios de comunicación social este evento que supera toda frontera”, dijo, hablando en italiano.

“Pueda esta importante manifestación deportiva convertirse en ocasión de encuentro, de diálogo y de fraternidad entre culturas y religiones diversas, favoreciendo la solidaridad y la paz entre las naciones”, agregó.

Antes, en su reflexión, Jorge Mario Bergoglio destacó la “sana inquietud de los jóvenes, quienes son “hambrientos de vida auténtica y advirtió que “el mayor peligro de la vida no son los problemas, sino “la mediocridad” y “la pusilanimidad”.

Constató que “algunos piensan que es mejor apagar el impulso” de “las ganas de vivir” porque “es peligroso” y advirtió a los jóvenes que no deben temer a las cuestiones serias y dramáticas de la vida, sino a un “mal espíritu de adaptación que no es mansedumbre o humildad, sino mediocridad”.

¿Un joven mediocre es un joven con futuro o no? Se queda allí, no crece, no tendrá éxito. La mediocridad o la pusilanimidad, esos jóvenes que tienen miedo de todo, no saldrán adelante”, precisó.

Esta edición del Mundial se disputará en Rusia del 14 de junio al el 15 de julio.

Después de la audiencia, el papa abrazó y consoló a Tomasz Komenda, un hombre de 41 años que pasó dos décadas en prisión, en su natal Polonia, por un crimen que no cometió.

El hombre llegó al Vaticano, acompañado por sus padres, para rezar en la tumba de Juan Pablo II tras haber recuperado su libertad luego que se confirmó que era inocente de la violación y asesinato de una joven de 15 años, cuando él tenía unos 20.

Cuando el limosnero pontificio, Konrad Krajevsky, supo de la historia lo invitó a participar en la audiencia del papa. Al final, él y sus padres pudieron estrechar la mano del líder católico y compartir un emocionante momento.

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